Los desafíos de comunicación de Sheinbaum frente a Trump

La política es en esencia una batalla de narrativas y hoy la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum enfrenta uno de los desafíos más importantes de su gobierno: Contrarrestar el discurso y las acciones de Donald Trump contra México en su regreso a la Casa Blanca.
El escenario es muy complicado ya que a partir del 20 de enero veremos más provocaciones, más mentiras y sobre todo un cúmulo de acciones ejecutivas, como deportaciones masivas y aranceles, que pondrán en riesgo no solo la relación bilateral sino la estabilidad económica y social de ambos países.
Enfrentar la personalidad de Trump será un desafío que no solo implica decisiones políticas estratégicas para Sheinbaum sino también la construcción de un discurso que proyecte firmeza, respeto a nuestra soberanía y diplomacia.
Emanuelle Macron, Presidente de Francia, después de responder con fuerza a Trump en uno de sus multiples apretones de manos, señaló que en política no se debe dar ninguna consesión, ni siquiera simbólica y Sheinbaum lo tiene claro.
Hoy sus mensajes “México es un país libre, soberano e independiente” y “A México se le respeta” se convierten en el ancla discursiva para responder a las provocaciones de Trump, como la de convertir a nuestro país en el estado 51 de Estados Unidos.
Por absurda que parezca la idea del nuevo Presidente de Estados Unidos, resulta profundamente simbólica. En este caso Trump busca reforzar su narrativa de líder con control absoluto hasta en otros paises y desafíar así la posición de Sheinbaum como protectora de la soberanía mexicana.
Mientras que Sheinbaum responde con un discurso más incluyente, conciliador y nacionalista en donde deja claro que los mexicanos somos socios y no súbditos de Estados Unidos.
Contraste narrativo

Trump opera bajo la lógica del poder unipersonal, empleando declaraciones impactantes para desestabilizar y dominar. En respuesta, Sheinbaum construye una narrativa de contraste, combinando la firmeza con la diplomacia.
En esta etapa como presidente electo, Sheinbaum ya desmintió categóricamente a Trump cuando dijo que México aceptó cerrar la frontera Sur. El mensaje de respuesta de la presidenta, además de ser politicamente sólido también reafirmó su visión humanista: “La posición de México no es cerrar fronteras, sino construir puentes entre gobiernos y pueblos”.
La única forma de contrastar y evidenciar a Trump es hablando con firmeza, con sensibilidad y transparencia. Mostrar debilidad ante Trump sería catastrófico.
Sheinbaum, acompañada de personajes experimentados en política exterior como el actual canciller, Juan Ramón de la Fuente, el Secretario de Economía, Marcelo Ebrad y un poderoso grupo de empresarios, tiene la responsabilidad de construir una narrativa que conecte y mantenga unidos a los mexicanos, incluyendo a los paisanos en Estados Unidos.

Hoy el mundo entero mira con expectativa los alcances de la relación que la presidenta pueda construir con Trump ya que también definirá la posición de México para negociar con otros países.
or tal motivo, el tono en el que Sheinbaum ha defendido a nuestro país ha tomado gran relevancia: “Ante un arancel vendrá otro en respuesta”.
La presidenta utiliza una narrativa de defensa y respuesta que coloca a México como un igual en la relación bilateral, rechazando cualquier intento de subordinación.
Migración y comercio: símbolos de resistencia y cooperación

La migración y el comercio, dos de los temas más tensos en la agenda bilateral, representan los campos donde los símbolos políticos pueden ser más efectivos.
Trump amenaza con aranceles del 25% y deportaciones masivas, estrategias que buscan imponer miedo y control. Sheinbaum, por el contrario, ha elegido enfatizar la importancia de la cooperación, afirmando que “no es con amenazas ni con aranceles como se atiende el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas”.
Este enfoque refuerza la narrativa de una líder que entiende los problemas complejos y busca soluciones integrales, en contraste con la visión simplista y coercitiva de Trump.
Conclusión: El liderazgo como narrativa viviente

En la relación entre Sheinbaum y Trump, el discurso no es solo un medio de comunicación, es el campo de batalla. Para triunfar, Sheinbaum debe recordar que los líderes no solo pronuncian palabras, encarnan ideas.
Cada mensaje, cada símbolo y cada gesto deben proyectar la visión de un México fuerte, soberano y dispuesto a cooperar desde una posición de igualdad.
El 20 de enero, con la toma de posesión de Trump, comenzará una etapa llena de tensiones y desencuentros en la relación bilateral. Para Sheinbaum, será el momento de mostrar que México puede afrontar estos desafíos no solo reaccionando a las decisiones de su vecino, sino tomando la iniciativa con liderazgo, confianza y unidad.
En este contexto, el éxito de Sheinbaum dependerá de su habilidad no solo para responder a Trump, sino para usar el poder del discurso y los símbolos para redefinir el lugar de México en el mundo.
Una tarea difícil, pero no imposible para quien entiende que en política, como en la vida, las palabras tienen el poder de construir realidades..