¿PUEDE EL INSOMNIO EN MÉXICO COMBATIRSE CON CANNABIS MEDICINAL? Un Problema Global que no deja Dormir

Autor: Nina Muñoz
Publicación: diciembre 3, 2025
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El insomnio y otros trastornos del sueño representan hoy un reto crítico de salud pública. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más del 40 % de la población mundial tiene dificultades para conciliar o mantener un sueño reparador. Las causas son múltiples: desde el estrés, ansiedad y depresión hasta hábitos poco saludables, como el consumo excesivo de cafeína, alcohol o el abuso de pantallas digitales. (EatingWell, 2021) Durante la pandemia por COVID‑19, la situación se agudizó. Algunos países reportaron un aumento de hasta 65 % en los casos de insomnio, convirtiendo esta afección en una epidemia silenciosa. (WHO, 2025)

México: un país privado de descanso

 La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2024 (ENSANUT, 2016 – 2024) revela que 28 % de la población mexicana duerme menos de seis horas por noche, muy por debajo de las recomendaciones internacionales. Según el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) (ISSSTE, 2024), alrededor del 45 % de los adultos mexicanos reportan mala calidad de sueño, y uno de cada cinco padece insomnio persistente (Selene). 

Más allá del impacto físico, las consecuencias se sienten en el estado emocional y el rendimiento cognitivo. La somnolencia diurna excesiva —relacionada con jornadas laborales largas, traslados en transporte muy prolongados y uso nocturno de dispositivos— afecta ya a casi 1 de cada 3 personas. Según el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), esta condición es la segunda causa de accidentes en México, solo detrás del alcohol.

En la Ciudad de México, un estudio reciente encontró que (Malvika, 2021):

  • 39.7 % de los adultos reportan insomnio, 17.3 % con criterios clínicos ajustados
  • Somnolencia diurna: 20.9 % 
  • Apnea del sueño (con ronquido): 7.7 %
  • Narcolepsia: 0.9 %


Un dato preocupante para nuestro país: una dieta “industrializada” (refrescos, comida rápida, alcohol/té) se asocia con mayor riesgo de apnea del sueño y somnolencia diurna.


Panorama global: cifras que preocupan


EE. UU.: entre 50 y 70 millones de adultos sufren trastornos del sueño; el 30–40 % presenta insomnio, y el 10 % lo padece crónicamente.

El impacto económico es enorme: hasta 127 mil millones de dólares al año por pérdida de productividad.

Comprendiendo el Insomnio

El insomnio no es únicamente una enfermedad; en la mayoría de los casos es un síntoma de un trastorno subyacente. Según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la OMS, el diagnóstico de insomnio requiere la presencia de dificultades persistentes para iniciar o mantener el sueño durante al menos un mes, acompañadas de fatiga diurna, malestar significativo o deterioro funcional.

Se estima que entre un 10% y 15% de la población adulta sufre de insomnio crónico, mientras que hasta un 50% lo experimenta en algún momento de su vida como consecuencia de factores transitorios como el estrés. Estos porcentajes superan incluso a los de la depresión, uno de los trastornos psiquiátricos más prevalentes.

A lo largo de la vida, la arquitectura del sueño cambia: desde las 18 horas que duerme un recién nacido hasta las 6.5 horas en adultos mayores, con una reducción progresiva del sueño profundo y REM. Este deterioro natural puede agravar los efectos del insomnio en edades avanzadas. (Suraev, 2020)


Cannabis Medicinal y Calidad del Sueño

 En los últimos años, ha aumentado el interés por alternativas naturales que puedan mejorar la calidad del sueño. Entre ellas, el cannabis medicinal y, en particular, los cannabinoides como el CBD (cannabidiol) y el THC (tetrahidrocannabinol) han ganado atención por sus potenciales efectos terapéuticos. Las investigaciones más profundas sobre el tema del sueño, datan su inicio desde el 2011 (Óscar Próspero García, 2011). 

Ambos compuestos actúan sobre el Sistema Endocannabinoide (SEC), una red de señalización celular presente en todos los vertebrados y relacionada con funciones como el estado de ánimo, apetito, memoria, dolor, sistema inmune y especialmente, el sueño. Se ha demostrado que el SEC participa en la regulación de los ciclos sueño-vigilia y en la liberación de hormonas relacionadas con el descanso nocturno

Estudios preliminares y evidencia clínica indican que:

  1. Los cannabinoides pueden ayudar a regular los patrones del sueño, favoreciendo una mayor duración y calidad del mismo. (Walsh, 2021)
  2. El CBD puede reducir la ansiedad y la hiperactividad del sistema nervioso central, dos factores directamente asociados con la dificultad para dormir.
  3. Ambos compuestos pueden aliviar el dolor crónico, condición que frecuentemente interfiere con el descanso adecuado.

No obstante, es fundamental considerar que los efectos del cannabis pueden variar según la dosis y la proporción de cannabinoides. Dosis altas de THC, por ejemplo, pueden producir efectos no deseados como euforia, somnolencia excesiva o mareo. Por esta razón, en tratamientos para el sueño se recomiendan formulaciones con bajo contenido de THC y mayor proporción de CBD.

Uso Responsable y Acompañamiento Clínico

El uso terapéutico del cannabis debe estar respaldado por una evaluación médica adecuada, seguimiento clínico y un registro sistemático de los síntomas. Es recomendable mantener una bitácora del sueño para evaluar la efectividad del tratamiento, ajustar las dosis y monitorear posibles efectos adversos.


Estudios preliminares y evidencia clínica indican que:

  1. Los cannabinoides pueden ayudar a regular los patrones del sueño, favoreciendo una mayor duración y calidad del mismo. (Walsh, 2021)
  2. El CBD puede reducir la ansiedad y la hiperactividad del sistema nervioso central, dos factores directamente asociados con la dificultad para dormir.
  3. Ambos compuestos pueden aliviar el dolor crónico, condición que frecuentemente interfiere con el descanso adecuado.


No obstante, es fundamental considerar que los efectos del cannabis pueden variar según la dosis y la proporción de cannabinoides. Dosis altas de THC, por ejemplo, pueden producir efectos no deseados como euforia, somnolencia excesiva o mareo. Por esta razón, en tratamientos para el sueño se recomiendan formulaciones con bajo contenido de THC y mayor proporción de CBD.


Uso Responsable y Acompañamiento Clínico

El uso terapéutico del cannabis debe estar respaldado por una evaluación médica adecuada, seguimiento clínico y un registro sistemático de los síntomas. Es recomendable mantener una bitácora del sueño para evaluar la efectividad del tratamiento, ajustar las dosis y monitorear posibles efectos adversos.

Medidas Complementarias para fortalecer la Higiene del Sueño

Junto al tratamiento médico, es crucial adoptar hábitos que favorezcan un descanso de calidad:

  1. Establecer horarios regulares para acostarse y despertarse. 
  2. Limitar el tiempo en cama al necesario para dormir (7.5–8 horas).
  3. Evitar sustancias estimulantes como la cafeína y el alcohol.
  4. Realizar ejercicio físico diario, evitando hacerlo en la noche.
  5. Reducir el uso de pantallas antes de dormir.
  6. Mantener una alimentación balanceada y evitar comidas copiosas en la noche.
  7. Asegurar un ambiente adecuado para dormir: silencioso, oscuro y con temperatura confortable.

En MuV® International sabemos que el insomnio afecta a millones de mexicanos de todas las edades. Por lo que buscamos y enfatizamos que su abordaje requiere un enfoque integral que combine estrategias médicas, psicológicas, sociales y educativas. En este contexto, el cannabis medicinal nos representa una herramienta prometedora, pero no milagrosa, para quienes padecen insomnio refractario.

Con una regulación adecuada, acceso seguro y formulación científica responsable, en MuV® International, hemos visto que el cannabis podría mejorar significativamente la 
calidad del sueño —y por ende, la calidad de vida— de muchas personas, por ello nuestro compromiso e investigación persisten. -Nina Muñoz-

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