“La gente suele temer al cambio porque teme a lo desconocido. Pero la mayor constante de la historia es que todo cambia.” – Yuval Noah Harari, Homo Deus: Una historia del mañana
Más de trece años pasaron para que el ex presidente Evo Morales dejara la presidencia de Bolivia en un contexto de polarización digital que tuvo un gran impacto en su decisión de dimitir del cargo. A casi seis años de este suceso, Bolivia regresa a unas elecciones presidenciales aún más polarizadas y con grandes retos en las redes de información por internet. También, son más de 20 años de gobiernos de izquierda que concluyen con una serie de claroscuros en un país con inmensos retos a nivel económico y social.
Quienes estudiamos el fenómeno de la comunicación digital y su influencia en las elecciones, podemos recordar los “claims”, las propuestas, las frases y cada uno de los aspectos relevantes que los candidatos hicieron durante esta campaña que culminó con la primera vuelta del 17 de agosto en la que dos candidatos alejados de la izquierda boliviana, son los que participarán a la segunda vuelta: Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, y el ex presidente conservador Jorge “Tuto” Quiroga.
“La segunda vuelta del 19 de octubre promete una campaña aún más polarizante y descarnada.”
Los ciclos pendulares entre las ideologías de los partidos que han gobernado países como Bolivia, suelen ser explicados por el cansancio de un modelo y la necesidad de cambio radical a otro y, en esta ocasión esa fue en general la narrativa de los partidos contrarios a la izquierda en Bolivia, adicionalmente a esto, la izquierda se dividió como pocas veces en la historia de la democracia de este país y tuvo una muy activa participación digital del ex presidente Morales, haciendo uso de sus canales oficiales para promover su agenda y así dividir más a la izquierda y, en esta ocasión, promover activamente el voto nulo.
Como bien lo dice el escritor Yuval Noah Harari en su libro Nexus, en el cual describe las redes de información a través de la Historia, la propaganda siempre ha encontrado los canales idóneos para mantenerse e influir en los temas torales de la humanidad, más si estos son políticos, religiosos, económicos o tecnológicos.
En esta ocasión, el ruido, la guerra sucia y la falta de información fueron los protagonistas con mayor eco social en redes como Facebook, TikTok y X, la mayoría de los casos con desinformación que pudo tener más impacto que las páginas para verificar datos o denunciar el uso inadecuado de estas plataformas como Bolivia Verifica.
De acuerdo a diversas fuentes locales, la izquierda confió más en su estrategia territorial, muy importante y toral en un país como Bolivia y por ello fueron los partidos de derecha quienes más importancia le dieron a su presencia digital, en especial la Alianza Unidad, liderada por Samuel Doria, aunque Rodrigo Paz y Jorge “Tuto” Quiroga también hicieron importantes inversiones económicas y de recursos humanos en sus estrategias.
Los principales hallazgos de esta elección en materia de desinformación fueron la participación de cuentas tipo bot, la rápida viralización de noticias falsas, el uso de Inteligencia Artificial para confundir al electorado sobre posturas de los candidatos, en especial los que tienen que ver con la posibilidad de anular apoyos sociales.
“La batalla política en Bolivia ya no se libra solo en las urnas, sino también en los algoritmos.”
En una siguiente entrega, analizaremos las métricas detalladas de cada alianza puesto que la segunda vuelta será el 19 de octubre y, a pesar de tener dos candidatos que coinciden en postulados, se espera una campaña aún más polarizante y descarnada. Por ahora recomendamos consultar el importante trabajo que realiza Internet Bolivia para analizar, diagnosticar y recomendar acciones en el entorno digital de un país que, como la mayoría de nuestro continente, padece de desinformación y falta de medidas eficaces en un contexto como el de una elección presidencial en 2025.
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